El ocio es indispensable para que cualquier persona tenga una buena calidad de vida. A la hora de viajar, la mayoría de las personas con diversidad funcional optan por el tren o el coche, pero ¿es cómodo viajar en avión?
Aquí van algunas recomendaciones si elegís este medio de transporte para estas vacaciones.
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| Imagen de Patternbank |
1. Al comprar el billete:
En algunas aerolíneas es obligatorio especificar, a la hora de comprar el billete, que se es pasajero con movilidad reducida. Esto es importante, primero, por si necesitamos algún tipo de asistencia en el vuelo, y segundo, porque en muchas ocasiones la aerolínea sólo permite en el mismo vuelo un número máximo de personas que utilicen silla de ruedas. En cualquier caso, es recomendable avisar para evitar "trabas" o problemas inesperados.
Pueden preguntarnos el tipo de asistencia que se necesita, y en el caso de llevar silla de ruedas eléctrica, si la batería es "seca" o "húmeda". Lo habitual es que la batería sea seca, las húmedas tienen ya unos cuantos añitos, pero hay que saberlo.
Cuando los vuelos duran más de tres horas y la asistencia que se necesita es completa, puede que exijan que haya un acompañante.
Aunque la silla de ruedas se factura y va en la bodega, no es necesario pagar la facturación de ésta, ni cuenta como equipaje (es decir, que si nos permiten facturar una maleta, la silla no cuenta como tal).
2. Asistencia aeropuerto- vuelo:
En los aeropuertos españoles podemos pedir asistencia gratuita para vuelos europeos. Para ello, hay que solicitarla como mínimo con 48 horas de antelación y acudir a un punto de encuentro como mínimo dos horas antes del vuelo. Según el tipo de asistencia que se requiera, el personal se puede encargar de acompañar y llevar el equipaje durante todo el proceso del viaje: facturación, control de pasaporte, embarque, recogida del equipaje, abandono del aeropuerto...) Sin embargo, no están obligados a realizar tareas de cuidado personal (dar medicación, acompañar al aseo, dar de comer, etc.), por lo que es necesario asegurarse de llevar un acompañante si se requieren este tipo de ayudas.
Al finalizar la asistencia, pueden dar un justificante de servicio, que se firma una vez se ha recogido el equipaje.
Es muy recomendable pedir este tipo de servicio y hacerlo con antelación, para no dejar lugar a la improvisación. Tenemos que recordar que, aunque el personal haya sido formado para ello, cada persona tiene sus "trucos", así que no está de más que nos anticipemos y contemos cuál es la mejor manera de ayudarnos (para plegar la silla, para pasar al asiento, etc.).
3. Facturación:
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| Imagen de www.travelista.com |
Aunque en el aeropuerto nos pueden proporcionar una silla no autopropulsable con la que ir en el aeropuerto, si queremos ir con la silla propia hasta el momento de embarcar, es mejor hablar con el personal y explicar que es necesario estar bien posicionado hasta el último momento, que no es una cuestión sólo de comodidad, sino de salud (prevenir úlceras, dolor, etc.).
Las sillas de ruedas eléctricas, cuya batería suele ser "seca", tienen que apagarse y ponerse en modo manual cuando se vayan a llevar a la bodega. En el caso de que la batería fuese "húmeda", tendría que vaciarse el líquido antes.
En cuanto al equipaje de mano, conviene llevar consigo aquello que podamos necesitar durante el vuelo (sondaje, cojín antiescaras, etc.), y también aquello que creamos que se puede dañar si va en la bodega, por ejemplo el mando de la silla, o la handbike. Si se explica a la tripulación, no tienen por qué poner muchas trabas. En el caso de necesitar medicación durante el trayecto, se aconseja llevar justificante médico, ya que las medidas de seguridad prohíben líquidos sin facturar.
En el caso de necesitar oxígeno suplementario por insuficiencia respiratoria, no es posible llevar el propio, sino que la compañía aérea tiene que facilitarlo (en algunos casos con coste adicional).
Si, una vez terminado el vuelo, encontramos daños en la silla, o se ha perdido, hay que poner una reclamación en el momento. Conviene recordar que en muchos casos la indemnización se calcula en base al peso y no al valor del equipaje. Es mejor si conservamos la factura de la silla, así como el presupuesto o factura de la reparación en el caso en que se haya dañado. Como medida preventiva, se puede etiquetar la silla con el nombre y dirección (y acordarse de la marca, color, etc.).
4. Perros de asistencia: Los perros guía o de asistencia podrán viajar en la cabina de pasajeros sin coste adicional.
5. Embarque en el avión:
Lo habitual es que la persona con diversidad funcional embarque y desembarque la primera, o bien en último lugar. Cuando se llega a la puerta del avión, el personal asiste en la transferencia a una silla de ruedas "oruga", que es muy estrecha, para poder pasar por el pasillo de la cabina.
Antes de entrar en el avión, es recomendable vaciar la bolsa de orina (en el caso de que se lleve).
6. Durante el vuelo:
Cuando el viaje es largo, como en vuelos transoceánicos, tendremos que tener en cuenta que son muchas horas sentados en el asiento del avión, lo que influye en la presión sobre el sacro y tuberosidades isquiáticas, la alteración de la circulación, los sondajes, etc. Si se lleva colector, por ejemplo, se puede llevar una botella vacía en el equipaje de mano, para vaciar la bolsa de orina sin necesidad de pedir ayuda a la tripulación.
7. Llegada:
Por último, la mayoría de los aeropuertos están lejos del núcleo urbano, por lo que conviene tener previsto cómo se va a llegar al destino final (hotel, etc.), ya que no todos los aeropuertos cuentan con transporte accesible a la ciudad.
8.Enlaces de interés:
Para cualquier duda, lo mejor es contactar con la compañía aérea, ya que cada una tiene condiciones especiales. Os dejo algunas direcciones que os pueden ayudar:
Guía de servicio de asistencia a personas con movilidad reducida de Aena.
Reglamento aena
Ministerio de Fomento: accesibilidad en los aeropuertos
Consumo: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
Bon Voyage! :)
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